La comarca de La Ribagorza, en el extremo nororiental de Aragón, atesora en su extenso territorio huellas prehistóricas desde la época de los dinosaurios, de lo que dan cuenta sus valiosos yacimientos de icnitas en la localidad de Arén.
Pero si algo impregna a esta comarca es la religiosidad y su impronta en el arte y en un valioso legado arquitectónico que ha dejado sus huellas a través de destacados monumentos románicos. El propio enclave de Roda de Isábena, donde se encuentra uno de los establecimientos hoteleros más señeros de la zona, perteneciente a nuestra Red de Hospederías de Aragón, ya es un entorno de gran belleza e impronta cultural.
La huella románica y el pasado medieval, sin embargo, se puede descubrir en otra curiosa ruta que deleitará a los amantes de la conducción lenta, y de dejarse sorprender por los pequeños tesoros del territorio. Un recorrido que nos irá dejando como hitos los valiosos puentes románicos que pueden contemplarse en el entorno, en parajes tranquilos y de gran belleza.
La mayor parte de los puentes de la comarca tiene su origen en la baja Edad Media, cuando constituían un monopolio de la realiza o los señores, y se gravaban las mercancías a quienes hacían uso de ellos. Los cursos de los ríos Ésera, Isábena y noguera Ribagorzana están atravesados por estas atractivas construcciones, impregnadas de historia e integradas en el paisaje.
La ruta que nos ocupa sale de la imponente villa de Graus, que merece al menos un día entero para descubrir sus rincones y deleitarse con su gastronomía. Allí se encuentra el Puente de Abajo, que pese a datarse a partir del siglo XVI presenta una tipología típicamente medieval. Es un gran puente de sillar, pavimento de piedra y tres arcos de medio punto que cruza las aguas del río Ésera.
Pero de entre todos los puentes de la comarca, destaca el siguiente en la ruta, el de la localidad de Capella, del siglo XIII, de unos 60 metros de longitud y catalogado como BIC. De gran porte y elegancia, destacan sus ocho ojos de medio punto y espolones triangulares sobre los que descansan grandes pilastras. Es el gran símbolo de este pequeño enclave donde también merece una visita su iglesia parroquial románica, su destacado retablo del siglo XVI y un paseo por el caserío.
De gran potencia es el puente de Roda de Isábena, a los pies de esta atalaya de la comarca que constituye este enclave, entre los pueblos más bonitos de España. Es un puente medieval de piedra, de un arco con amplia luz y un solo ojo que une ambas orillas.
Continuamos por la ribera del Isábena hasta Serraduy, perteneciente al municipio de Isábena, bajo la Sierra de Sis, donde su gran puente románico da la bienvenida y toma el protagonismo de la estampa del conjunto.
Avanzará nuestra ruta hasta Beranuy, entorno donde encontramos parajes como el Congosto de Obarra y el majestuoso monasterio románico del mismo nombre, del arte medieval más refinado de Aragón. El cauce queda atravesado por el Puente de Beranuy, de origen medieval pero reconstruido, enlace de unión entre los barrios, y el Puente de Herrerías, en la carretera, históricamente de gran importancia para las comunicaciones de la zona.
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